Tratamiento contra los cálculos biliares

Para tratar los cálculos biliares, se recurre a la cirugía en caso de que el paciente presente una sintomatología y, en especial, colecistitis.




En primer lugar, es necesario saber que el tratamiento de los cálculos biliares no es necesario cuando el paciente no presenta sintomatología alguna. Por lo general, el tratamiento estándar consiste en la administración de antibióticos al paciente, vía intravenosa. Por otra parte, si el paciente presenta colecistitis o alguno de los otros síntomas derivados de los cálculos, se recurre a la extirpación quirúrgica de la vesícula biliar, a lo cual se conoce como: colecistectomía.

En otras palabras, el tratamiento de los cálculos biliares sintomáticos se basa en una cirugía, en la mayoría de los casos, junto con la administración de ciertos fármacos. Para llevar a cabo la colecistectomía el paciente debe estar bajo anestesia general. Las técnicas más conocidas son: la laparoscopia y la colecistectomía abierta.



La laparoscopia es una cirugía, de mínima invasión, que consigue solucionar los problemas desencadenados por los cálculos biliares. Que sea de mínima invasión, quiere decir que extrae la vesícula sin la necesidad de realizar un corte de gran tamaño en el abdomen, lo cuál es característico del otro tipo de cirugía, la colecistectomía abierta.

La cirugía consiste en introducir un laparoscopio, que es un instrumento con una pequeña cámara con una luz en el extremo conectada a través de fibra óptica a un monitor. En el monitor, el cirujano puede ver en directo lo que está grabando la cámara en el interior del cuerpo del paciente.




¿Cómo se extrae la vesícula por laparoscopia?

La cirugía por laparoscopia se realiza siguiendo de acuerdo a los siguientes pasos:

Se anestesia al paciente, y una vez esté sometido a los efectos de la anestesia, el cirujano realiza 3 pequeñas incisiones en el abdomen.
A través de las incisiones, se le introduce CO2 (dióxido de carbono) para ampliar la cavidad abdominal y permitir así una mejor maniobra. A continuación, se introduce el laparoscopio por una de las incisiones para observar el interior del abdomen.

Las otras dos incisiones son necesarias para el resto de herramientas quirúgicas y la extirpación de la vesícula. Una vez que se extirpado la vesícula, se suturan las incisiones y se despierta al paciente. La realización de esta técnica como tratamiento de los cálculos biliares, presenta como una gran ventaja, un buen postoperarorio en la gran mayoría de los pacientes, a diferencia de otros procedimientos en los cuales el proceso puede ser más lento o complicado.




Colecistectomía abierta

La elección de esta técnica para el tratamiento de los cálculos biliares, a pesar de no ser la más utilizada, se trata de la cirugía convencional. A pesar de que tiene el mismo objetivo que la colecistectomía por laparoscopia, lo consigue de una forma distinta. La principal diferencia frente a la laparoscopia, es que en la colecistectomia abierta, el tiempo de recuperación postoperatorio va a ser más largo, dado que la herida quirúrgica es de mayor tamaño. Por otra parte, la cicatríz es más evidente que en el otro procedimiento.

Otras opciones de tratamiento de los cálculos biliares

Aparte de las diferentes cirugías que se pueden realizar para extraer la vesícula, esta afección se puede tratar con medicamentos. Esta opción de tratamiento está dirigida a aquellos pacientes que, por diversos motivos, no puedan someterse al tratamiento quirúrgico.



Los medicamentos utilizados para tratar los cálculos biliares son de administración oral y pueden ayudar a disolver los cálculos biliares. Sin embargo, para que esto suceda, podrían pasar meses, e incluso años, de tratamiento por esta vía, y aun así, es muy probable que estos se vuelvan a formar si se suspende el tratamiento.

Uno de estos fármacos sería el ursodiol, que es un ácido biliar, que se almacena en la vesícula biliar. El ursodiol funciona eficazmente porque reduce la producción de colesterol y disuelve el colesterol en la bilis para que no se puedan formar cálculos. Este fármaco podría producir: malestar estomacal, indigestión, mareos, vómito, diarrea, estreñimiento, entre otros.




via: mejor con salud

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