Una persona que ha sido infiel, ¿volverá a serlo?

La persona infiel o que ha cometido infidelidad, se considera que volverá a caer en la tentación de engañar a su pareja otra vez. Este estigma dificulta que una relación de pareja continúe tras el engaño, sobre todo cuando se ha cometido una infidelidad en el matrimonio.

Por lo general, las relaciones de pareja se basan en la confianza, el respeto y la lealtad. Estas tres cosas se deben ver reflejadas en la exclusividad sexual y afectiva, sin embargo, las infidelidades son una realidad bastante frecuente. La infidelidad es, de hecho, uno de los miedos más comunes en la mayoría de las relaciones monógamas.

Atravesar una infidelidad puede volverse un drama personal muy duro y de gran trascendencia para la mayoría de las personas.

Consecuencias de la infidelidad en la persona herida

No solo se trata de descubrir algo desagradable, sino que se vulnera profundamente la confianza y la intimidad de la persona que la sufre, se destruyen los compromisos, pactos y anhelos de la pareja y se socava la confianza y la autoestima de quien la sufre. Esta experiencia puede afectar mucho sentimentalmente y, en gran parte de los casos, no se maneja de forma adecuada.

Esta situación es tan frecuente que se ha vuelto cotidiano escuchar personas hablar con total normalidad de cómo vivieron una infidelidad, o de cómo han sido infieles.

Ante esta realidad surge una serie de preguntas: ¿se puede confiar de nuevo en una persona que ha sido infiel?, si una persona ha sido infiel ¿volverá a serlo? Ante estas interrogantes, los psicólogos explican que no hay reglas absolutas.

La respuesta dependerá de la personalidad de la persona, su contexto sentimental, las causas de la infidelidad, entre otros. Aun teniendo en cuenta estos factores, es imposible predecir a ciencia cierta si alguien volverá a ser infiel, sin embargo, los psicólogos explican algunas claves al respecto.

¿Qué lleva a una persona a ser infiel?

Para determinar si una persona volverá a ser infiel, o si existen probabilidades altas de que esto ocurra, es necesario antes revisar el núcleo del problema y comprender las causas que llevan a una persona a ser infiel.

Son muchísimos los factores que influyen para que se dé una infidelidad, y para cada persona son distintos. Sin embargo, existen algunos elementos que son comunes. Algunos de ellos son:

  • Falta de compromiso de la persona con la relación actual.
  • Falta de satisfacción sexual o descenso de esta.
  • Falta de apego afectivo o descenso de este.
  • Dificultades en los procesos de inhibición y excitación sexual.

Estas son algunas de las causas más comunes, sin embargo, existen factores más profundos que pueden intervenir en estas situaciones.

Descubre cómo la personalidad puede ser determinante

 Como sucede con todos los aspectos de la vida, la personalidad de alguien determina en gran medida la forma en que se desenvolverá en una relación y qué tan leal vaya a ser. La personalidad también modula la respuesta de la persona ante los factores de riesgo anteriormente mencionados.

Aunque no existen factores determinantes o una condición mental específica que haga que las personas sean infieles, sí hay ciertos tipos de personalidad que son más propensos a ser infieles. Existen personas que tienen el “sentido de riesgo” o el deseo por tener experiencias que le generen emociones fuertes más arraigado en su personalidad.

Los niveles de dopamina son más altos en estas personas, por lo que necesitan vivir situaciones intensas y nuevas de forma frecuente. Hacer algo prohibido, oculto y con el riesgo de ser descubierto puede resultar muy satisfactorio para estas personas.

Por supuesto, en este caso, ser infiel resulta una experiencia tentadora. Ya sea coquetear, salir con alguien o tener un encuentro sexual fuera de la pareja, son situaciones que generan interés en estas personas a tal punto de desinhibirse y no pensar en las consecuencias.

La personalidad también contribuye en ser más propensos a la infidelidad

Por otro lado, los individuos con personalidades egocéntricas, hedonistas y narcisistas también son propensos a ser infieles. Las personas que se centran excesivamente en sí mismas, buscando satisfacer los deseos y necesidades propias por encima de las de los seres queridos, tienden a ver las infidelidades como algo sin importancia, ya que lo entienden como una forma de complacerse a sí mismas y nada más.

Estas personas suelen imponer sus opiniones como correctas y no escuchar las del contrario. En ocasiones pueden llegar a ser tan egocéntricos que ven a su pareja como un objeto dispuesto para su recreación, por lo que no sentirán culpa o remordimiento en buscar a otra persona que satisfaga otros deseos. Suelen darle más importancia al placer que a los vínculos afectivos.

Las personas con baja autoestima también son frecuentemente infieles. Este factor es determinante tanto en hombres como en mujeres. Las personas con baja autoestima y con un concepto negativo de sí mismas, tienden a buscar constantemente alguien que los refuerce y los haga sentir aptos o suficientes.

En ocasiones pueden llegar a sentirse tan faltos de valor o sentido, que se refugian en cualquier persona que vea en ellos cualidades y aspectos positivos, incluso si la relación con esta tercera persona afecta su relación actual.

En este sentido, podría decirse que también son egocéntricas, ya que solo se concentran en llenar sus vacíos emocionales.

La ciencia detrás de la infidelidad

Helen Fisher es una antropóloga estadounidense que junto a su equipo realizó un estudio que podría explicar cómo se da la infidelidad en el cerebro. Al comenzar su investigación, Fisher pensaba que el amor era una serie de emociones que variaban en intensidad con el paso del tiempo. Sin embargo, descubrió que es mucho más que eso.

Tras analizar el cerebro de 32 personas enamoradas utilizando un escáner IRM, descubrió que cuando se está enamorado, se activan numerosas áreas del cerebro y se produce una gran cantidad de dopamina. Además, determinó que es imposible que este proceso suceda con dos personas simultáneamente.

Así, determinó que es imposible, al menos desde una perspectiva biológica, estar enamorado de dos personas al mismo tiempo. Fisher explica que este estado podría transformarse en amor, pero no se puede sentir amor romántico en simultáneo.

Así, surgió la pregunta: si no se puede estar enamorado de dos personas simultáneamente ¿por qué las personas son infieles? La antropóloga puede tener la respuesta a este interrogante.

Los componentes del amor romántico:

Fisher explicó que el amor romántico se compone de tres sistemas cerebrales, cada uno con una función fundamental:

  • Impulso sexual: Surge al comienzo y es lo que lleva a buscar un potencial compañero.
  • Amor romántico: Permite conectar con la persona y enfocar la energía propia en esta.
  • Apego: Es lo que permite permanecer junto al otro a través del tiempo.

La antropóloga y su equipo explicaron que cuando estos tres sistemas funcionan juntos en ambas personas, la relación puede ser exitosa. Para que esto suceda es necesario que ambas personas tengan la voluntad de vivir la relación con inteligencia y madurez.

Sin embargo, cuando una de las personas es egoísta, alguna de estas tres esferas deja de funcionar, dando lugar a la búsqueda de una persona externa para ser infiel.

Quien es infiel una vez, ¿volverá a serlo?

A través de la historia se ha estudiado el tema de la infidelidad en la pareja para determinar las causas de esta situación y qué tan probable es que las personas sean infieles.

Uno de los estudios más recientes en esta área fue realizado por la psicóloga Kayla Kopp. Durante cinco años estudió junto a su equipo una muestra de 400 personas en relaciones estables, tanto casadas como no casadas.

El criterio para escoger a estas personas fue que, durante esos cinco años, hubieran pasado por al menos dos relaciones.

En el estudio, se les hacía la pregunta a los participantes cada seis meses aproximadamente: ‘’¿Ha tenido relaciones sexuales con alguien que no sea su pareja desde que comenzaron a salir seriamente?’’. También se les preguntó si sospechaban que su pareja lo había hecho.

Los resultados que se obtuvieron pasados los cinco años revelaron que el 40% de los participantes había tenido relaciones sexuales fuera de su pareja, tanto en la primera como en las posteriores. Además, un 30% informó que pensaban que su pareja había hecho lo mismo.

Entonces, aunque las probabilidades de ser infiel aumentan si uno lo ha hecho antes, esto no quiere decir que sucederá irremediablemente.

Coméntanos si tienes alguna experiencia al respecto o lo que opinas sobre el tema de la infidelidad.


Creditos: MenteAsombra

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